martes, 4 de mayo de 2010

Una siesta demasiado larga.

Fue una tarde normal. Me había despertado de la siesta con ese malestar típico de quién duerme con el sueño bombardeado subliminalmente por la bilis televisiva. Tenía la saliva espesa y un ligero dolor de garganta, además de las articulaciones doloridas. Las siestas largas siempre me han sentado fatal. Apagué la televisión haciendo callar a los energúmenos que gritaban en su interior discutiendo de política, fútbol o algún personaje del corazón, y encendí un cigarro a la vez que cogía mi teléfono móvil con intención de encontrar a alguien con quién dar una vuelta, y hacerle cómplice de mi sueño. ¿O había sido una pesadilla? El tabaco sabía a rayos. Estaba sequísimo aunque lo había comprado ayer. Al final tendremos que llevar neveras de bolsillo para que no se estropee el maldito tabaco.
Nadie cogía el teléfono. Tan sólo respondieron un par de amigos que tenían que hacer no se qué y que me colgaron rápidamente. Parecían distintos, como si de repente se hubieran hecho... ¿mayores? Además parecían enormemente extrañados de que los llamara. Uno de ellos, Xavi, me dijo algo de llevar a no se qué niños a no se que clase y que yo supiera, no tenía sobrinos. El otro, Manolo, me dijo que estaba en una reunión que luego si podía me llamaba y me colgó sin dejarme decir nada. ¿Una reunión? ¿Una reunión de qué? En el último intento, llamé a Sergio. Tuve que llamar varias veces porque al teléfono respondía una señora que me decía que me había equivocado. Finalmente desistí, y luchando contra el mareo salí a dar una vuelta, aunque fuera solo, para ver si así se esfumaba este malestar que sufro siempre después de una siesta larga.

Las articulaciones aun me dolían, pero con el movimiento iban entrando en calor. Lo mismo que la pupilas. Nada mas salir del portal, el sol de la tarde me hizo retroceder clavándose en mis pupilas como un haz de alfileres lumínicos. Mi aspecto no debía ser muy bueno, pues la vecina del tercero, con la que me crucé en las escaleras, se quedó clavada en su sitio al verme. Como si hubiera visto un zombi. Ni siquiera me respondió cuando la saludé. En mi defensa tengo que decir que ella tampoco tenía muy buen aspecto. Sin maquillar y sin teñir aparentaba bastantes años más que cuando iba arreglada.
Mientras desentumecía mis músculos intenté recordar mi sueño/pesadilla. No pude. Como otras veces, se había volatilizado sin dejar mas rastro que una sensación extraña, aunque ya conocida, de desorientación y apatía. De repente, todos mis sentimientos se convirtieron en hambre. Un hambre descomunal, un hambre tan poderosa que se convertía en dolor de estómago, haciéndome pensar que tal vez era un indigestión y no todo lo contrario. Me acerqué al primer establecimiento de comida turca, también llamados kebap, que vi. Por suerte invaden la ciudad con la altruista misión de dar comida al hambriento. Los precios eran desorbitados, así que busqué otro, y cuando iba por el quinto establecimiento, (no había recorrido ni cien metros de calle) acabé pagando la misma cifra sangrante que me habían pedido en el primero, pues parecía que se habían puesto de acuerdo para arruinarnos, y el hambre ya me hacía flaquear las piernas.

"Malditas siestas largas." Dije terminando de limpiarme la salsa turca de los dedos con una ridícula servilleta. La cabeza me latía intentando salir de mi cráneo mientras mis ojos seguían intentando esconderse en sus órbitas. Carraspeé un poco antes de sacar otro cigarro de hojas del desierto. Hubiera tirado el paquete, pero el kebap me había dejado sin dinero para comprar otro.
Me acerqué a un quiosco con intención de leer los titulares mientras esperaba que pasara alguien fumando y me diera fuego. Rápidamente me olvidé del cigarro y de mi dolor ocular, para que mis ojos pudieran abrirse como nunca antes lo habían hecho:
"La Porta gobernará con el apoyo de Izquierda unida." "Esperanza Aguirre y Ruiz-Gallardón nos cuentan todo sobre su noche de bodas." "Mariano Rajoy: Registrar la palabra "crisis" es lo mejor que he hecho en la vida." "Vuelve a ser ZP. Zapatero gana las elecciones a la presidencia del F.C. Barcelona por goleada."

-¿Hoy es el día de los Santos Inocentes?-Pregunté aturdido al quiosquero.
-No -respondió secamente.
-¿Y porqué estos titulares?
-Son los que hay. Yo no soy él que los pone. Si no te gustan no los leas -dijo molesto.
-¡Pero se los han inventado!
-¿Inventar? No creo. Los periodistas son más de adornar.
-Pero...-dudé. -¡¿La Porta presidente del gobierno?! ¡Eso no hay quién se lo crea!
-Era el mejor candidato. Lo siento por ti si no te gusta. Vas a tener que aguantarlo hasta 2020por lo menos...
-¡¿2020?!- grité horrorizado.
-Claro. Cuatro años hasta las siguientes elecciones- dijo el quiosquero sin que yo terminara de oírle, pues había salido corriendo.

"¿2020? ¿Qué coño esta pasando? Entonces, estamos a... ¡2016! ¿Cuanto tiempo he dormido? ¡Odio las siestas largas pero esto es demasiado! ¡Seis años! ¡Seis años de siesta! ¡¿Por qué cojones nadie me ha despertado?! ¡¿Por qué?!!!!!!!" Detuve mi carrera para dramatizar este último grito elevando los puños al cielo, pero algo me extrañó cuando noté que de mi voz, no solo salía la letra "e", sino también una especie de zumbido agudo. Cesé de gritar y la letra "e" calló, pero el zumbido continuó. Continuó y aumentó. Bajé los brazos extrañado y entonces noté que el peculiar zumbido no salía de mi, sino que venía de detrás de mi. Me giré, y entonces el zumbido entró en mi, pues la furgoneta que pitaba para que me apartará me arrolló.

Desperté. Estaba en mi casa. En la tele hablaban de las elecciones de 2012, que aún estaban por llegar. Encendí un cigarro que sabía a rayos. Estaba sequísimo. Tosí y me incorporé crujiendo mis articulaciones doloridas. Las siestas largas siempre me han sentado fatal.

2 comentarios:

  1. Oh yeah! Es cojonuten!!! Me ha encantado, tío!

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  2. Ehhh, por fin estoy aquí, más vale tarde que nunca, baby! Tu blog promete, espero que el nivel no decaiga. Tu primer post me ha conquistado totalmente, lo confieso.
    Alicearthquake

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